Quiero compartir aquí el poema libertad del guatemalteco Otto René Castillo:
Tenemos por ti, tantos golpes acumulados en la piel,
que ya ni de pie cabemos en la muerte. En mi país,
la libertad no es sólo un delicado viento del alma,
sino también un coraje de piel.
En cada milímetro de su llanura infinita
está tu nombre escrito: libertad.
En las manos torturadas. En los ojos, abiertos al asombro del luto.
En la frente, cuando ella aletea dignidad.
En el pecho, donde un aguante varón
nos crece en grande.
En la espalda y los pies que sufren tanto.
En los testículos, orgullecidos de sí.
Ahí tu nombre, tu suave y tierno nombre, cantando en esperanza y coraje.
Hemos sufrido en tantas partes los golpes del verdugo y escrito en tan poca piel
tantas veces su nombre, que ya no podemos morir, porque la libertad no tiene muerte.
Nos pueden seguir golpeando, que conste, si pueden.
Tú siempre serás la victoriosa, libertad.
Y cuando nosotros disparemos el último cartucho,
tú serás la primera que cante en la garganta
de mis compatriotas, libertad.
Porque nada hay más bello
sobre la anchura de la tierra,
que un pueblo libre, gallardo pie,
sobre un sistema que concluye.
La libertad, entonces, vigila y sueña
cuando nosotros entramos a la noche
o llegamos al día, suavemente enamorados
de su nombre tan bello: libertad.
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