martes, 1 de marzo de 2011

OTTO RENÉ CASTILLO Y MIGUEL HERNÁNDEZ: ¡DOS POETAS DE VALOR!




     Otto René Castillo, poeta guerrillero capturado en la Sierra de las Minas con Nora Paiz, su amor, también combatiente, y quemados vivos el 17 de marzo de 1967. Vivió 31 años. Dio a su pueblo su canto y su vida. ¿Qué más puede dar un poeta? “Luis Cardoza y Aragón”.

      Su poesía se nutrió del dolor de su pueblo y de su indoblegable esperanza y fue un ardiente llamado y un homenaje a los sectores más explotados de Guatemala: las masas indígenas. Sus poemas a Atanasio Tzul son un ejemplo concreto de tal actitud. 


      Su actividad política y literaria en El Salvador fue sumamente importante. Desde el seno del Círculo Literario Universitario fue un trabajador inagotable en favor de la unificación de criterios de los artistas y escritores jóvenes de aquella época, y, asimismo, un divulgador de los poetas que más influyeron en el punto de partida de lo que luego se llamará la "generación comprometida" (Nazim Hikmet, Miguel Hernández, César Vallejo, Pablo Neruda, etc.)


      Su labor poética trascendió las fronteras salvadoreñas y resonaba en Europa (la FMJD le otorgó, desde Budapest, el Premio Internacional de Poesía en 1957). Volvió a Guatemala donde obtuvo el “Premio Autonomía de la Universidad” en 1956.


En Orihuela, un pequeño pueblo del Levante español, rodeada del oasis exuberante de la huerta del Segura, nació Miguel Hernández el 30 de octubre de 1910. El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 le obliga a tomar una decisión. Miguel Hernández, sin dar lugar a dudas, la toma con entereza y entusiasmo por la República. No solamente entrega toda su persona, sino que también su creación lírica se trueca en arma de denuncia, testimonio, instrumento de lucha ya entusiasta, ya silenciosa y desesperada. Como voluntario se incorpora al 5º Regimiento, después de un viaje a Orihuela a despedirse de los suyo. Emilio Prados logra que se le traslade a la 1ª Compañía del Cuartel General de Caballería como Comisario de Cultura del Batallón de El Campesino. Va pasando por diversos frentes: Boadilla del Monte, Pozuelo, Alcalá. En plena guerra logra escapar brevemente a Orihuela para casarse el 9 de marzo de 1937 con Josefina Manresa. A los pocos días tiene que marchar al frente de Jaén.

En la primavera de 1939, Miguel Hernández intenta cruzar la frontera portuguesa y es devuelto a las autoridades españolas. Así comienza su larga peregrinación por cárceles: Sevilla, Madrid. Inesperadamente, a mediados de septiembre de 1939, es puesto en libertad. Fatídicamente, arrastrado por el amor a los suyos, se dirige a Orihuela, donde es encarcelado de nuevo en el seminario de San Miguel, convertido en prisión. El poeta -como dice lleno de amargura- sigue "haciendo turismo" por las cárceles de Madrid, Ocaña, Alicante, hasta que en su indefenso organismo se declara una "tuberculosis pulmonar aguda" que se extiende a ambos pulmones, alcanzando proporciones tan alarmantes que hasta el intento de trasladarlo al Sanatorio Penitenciario de Porta Coeli resulta imposible. Entre dolores acerbos, hemorragias agudas, golpes de tos, Miguel Hernández se va consumiendo inexorablemente. El 28 de marzo de 1942 expira a los treinta y un años de edad.

La gran diferencia entre ambos escritores, considero que es la nacionalidad; porque lo demás es muy similar entre ambos, los mataron por temas políticos e ideológicos. Claro la muerte es distinta a Castillo fue directamente y a Hernández poco a poco.
Definitivamente no es justo que intereses propios de políticos asesinen  a nuestra gente y menos a aquellos que buscan la libertad y la justicia para todos.


MIGUEL HERNÁNDEZ

OTTO RENÉ CASTILLO

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